Hace algunos años un grupo de multimillonarios decidieron en varias rondas de la "Organización Mundial de Comercio" el destino de millones de europeos y estadounidenses. Para esas fechas, las cosas solo se encontraban en el papel y realmente los ciudadanos comunes y corrientes no tenían ni idea de lo que sucedería. Hoy después de casi 3 décadas los efectos de esas rondas se comienzan a sentir. El "libre mercado" promocionado incansablemente por las elites de esos países como una forma de hacer un mercado mundial más eficiente y por consiguiente un arma para mejorar aún mas los niveles de vida de esos países se había colado en las mente de los españoles, en las mentes de los franceses, en las mentes de los estadounidenses, etc. sin conocer ni entender muy bien de lo que se trataba.
Fue así como se eliminaron todas las trabas aduaneras entre países promocionando una libre movilización de mercancías y de capitales que hizo que la llamada "globalización" se apoderara de gran parte del planeta. A esto se le sumó las "nuevas formas de hacer negocios" reduciendo los costos al mínimo a través de las subcontrataciones, tercerizaciones o "outsourcing" y las llamadas "franquicias" que hicieron que los grandes capitalistas del mundo fueran haciendo posible el funcionamiento de sus empresas con el pago de salarios cada año más miserables.
Pero retrocedamos un poco en el tiempo para recordar como funcionaban las cosas anteriormente. Para los años 60, se hablaba de países ricos y países pobres. Se hablaba de los capitalistas de Alemania que a través de sus marcas competían con los capitalistas de Estados Unidos. Se hablaba más bien de una "competencia entre países", algo parecido a unas olimpiadas en donde Europa y Norteamérica siempre se llevaban las medallas de oro.
Hoy en día, esos conceptos han desaparecido. La globalización ha permitido que ya no se hable de competencias entre países. Estamos hablando de un "mercado global". A estas alturas solo se habla de "capitalistas" no importa si son de Japón, California o de Munich. Son solo ricos que tienen muchísimo dinero y que lo movilizan electrónicamente al país que ellos deseen y que igualmente mueven sus mercancías en grandes barcos a través de océanos, ferrocarriles o camiones y colocan sus productos en cualquier anaquel de Madrid, Paris, Tokio o Nueva York sin pagar aranceles aduaneros a los gobiernos.
Es el negocio perfecto para los ricos del mundo. Producir a bajos costos en países con mano de obra barata, introducir sus productos sin pagar aranceles y luego venderlos muy caros en países con nivel de vida alto. Nunca antes en la historia de la humanidad se había tenido un negocio tan rentable como este, a menos que digamos que las plantaciones de algodón del Misissipi con mano de obra esclava del siglo XIX eran empresas agrícolas.
El futuro de los trabajadores europeos y estadounidenses se vislumbra muy oscuro. Las cartas ya están echadas. La brecha entre ricos y pobres se incrementará a niveles como nunca antes este mundo las conoció. Las grandes empresas trasnacionales están haciendo el mejor negocio que pudieron haber hecho y sus dueños se están enriqueciendo a velocidades 1000 veces más rápidas de lo que Henry Ford lo hizo cuando vendió su Modelo T. Al mismo tiempo, los trabajadores estadounidenses y europeos se irán empobreciendo a tasas nunca antes vistas hasta que sus niveles de vida estén al nivel de los demás países del mundo, es decir, hasta que ganen 100 dolares o menos al mes.
Esperamos que los proletarios del mundo y especialmente los pueblos europeos y estadounidense despierten y acabemos con este sistema injusto que rige el planeta y un mundo mas igualitario sea posible.
Proletarios del mundo .... !!!!! Uníos .....!!!!
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