jueves, 6 de octubre de 2011

SOCIALISMO EFICIENTE


Me defino a mi mismo como un luchador por la justicia social, enemigo de las desigualdades e injusticias en un mundo industrializado que ha dado saltos grandes en pocos siglos que no se dieron en los millones de años transcurridos desde que el hombre es hombre.

Ese gran salto permitió erradicar enfermedades, aumentar la expectativa de vida y mejorar la calidad de vida de muchos seres humanos. Sin embargo, para el nivel de riqueza y conocimeinto que existe actualmente y que nunca antes en la historia de la humanidad había existido es francamente injustificable que el 70% de los seres humanos que habitamos este planeta vivan por debajo del umbral de pobreza sorteando con infinidad de calamidades para poder sobrevivir.

Es un clamor de las hombres y mujeres de este planeta poder tener una sociedad más justa y equilidraba socialmente donde no tengamos estas brechas injustificables donde continentes enteros mueren de hambre frente a la mirada indiferente del mundo.

 Innumerables conflictos y guerras se han llevado a cabo a lo largo de la historia en nombre de la igualdad de los hombres así como un sinfín de teorías encabezadas por la teoría de Karl Marx plasmada en su libro "El Capital".

Sin embargo, todos y cada uno de estos intentos por lograr la igualdad han fracasado desmotivando a los idealistas quienes soñamos con un mundo donde reine la justicia social y donde finalmente "la cuestión social" sea una cosa del pasado.

Lenin fue uno de los pioneros que sacó de las letras las teorías de Marx llevándolas a la práctica debiendo aplicar muchas de esas ideas con improvisasiones o debiendo recurrir a la fuerza para poder instaurar la dictadura del proletariado. Décadas de lucha para la conformación de un continente donde reinara la igualdad fueron convirtiéndose con el correr de los años en el más triste de los fracasos que dejó a una población en un gran atraso científico y tecnológico con empresas estatales totalmente improductivas y una sociedad de hombres sin iniciativa de trabajo que sólo esperaban reclamar lo que les correspondía como ciudadanos de un país socialista.

Desmotivaciones y más desmotivaciones para todos aquellos idealistas vinieron con el correr de los años. Muchos dicen que el error que cometió la URSS fue la debilidad de Gorbachov, al permitir que diera fin a la idea de una sociedad igualitaria y permitiera el regreso del bloque soviético al capitalismo. Sin embargo, sería un gran error decir que todo fue por la debilidad de Gorbachov, pues claramente la URSS ya no daba para más y en el caso de un endurecimeinto del gobierno de Moscú, tarde o temprano el sistema cedería debido a las innumerables fisuras y fallas internas que presentaba. Decir lo contrario sería aventurarse a ser sólo un soñador utópico, sólo un romántico que no quizo reconocer la presencia de los errores cometidos.

El mundo se encuentra en un momento histórico. El "otro sistema" ha tomado una ventaja de 20 años en los cuales ha mostrado su perversa calaña y claramente ha hecho reaccionar a muchas personas sobretodo en Europa y los Estados Unidos donde hasta hace algunos años era impensable presenciar protestas por motivos económicos, recortes presupuestarios o incrementos en la pobreza, pues hasta hace 20 años eran cosas que no sucedían en la esfera de las potencias occidentales.

Existen de esta forma dos fuerzas que se encuentran y que muchas personas no comprenden:

Existe una primera fuerza "extremadamente poderosa" que es la voz de los pueblos, los pueblos reclamando justicia social, que ya no están sólo en los países mal llamados por las élites "subdesarrollados", ya no son sólo los pueblos de Centroamérica, o el pueblo de Buenos Aires luchando contra la oligarquía. No, ahora es un clamor mundial, son los pueblos de Grecia, el pueblo español, el pueblo de París y de los suburbios de Nueva York, de las fábricas cerradas en Wisconsin los que en este inicio del siglo XXI, están reclamando, están clamando por un cambio urgente en la estructura económica mundial.

La segunda fuerza tiene menos poder que la primera pero posee una tenacidad alta pues con el tiempo y si es mal interpretada puede destruir cualquier intento por la conformación de un sistema social. Es una fuerza interna que hasta el momento la mayoría de los luchadores sociales por no decir casi todos se niegan a reconocer. Es la fuerza de la ineficiencia, la fuerza del repetir los errores pasados.

Karl Marx fue un hombre del siglo XIX, un visionario que planteó una hipótesis que posteriormente fue aplicada en el siglo XX, es decir, una hipótesis que siguiendo el método científico pasó de la teoría a la fase experimental durante casi un siglo para arrojar como resultado no el fracaso absoluto de su sistema sino la presencia de errores técnicos que imposibilitaban la conformación de todas las ideas planteadas por él y todos los deseos de los hombres para alcanzar no sólo una sociedad más equilibrada sino una sostenibilidad del sistema.

Es necesario entonces empaparse de la primera fuerza pues es la base de la lucha por las reivindicaciones sociales en este mundo pero, también es muy importante conocer la segunda fuerza, pues es una fuerza interna autodestructiva que a través de la soberbia de muchos de los líderes sociales termina por facilitarle las cosas a la derecha canalla, que sólo desea seguir exprimiendo a los pueblos del mundo y continuar incrementando la vergonzosa brecha entre ricos y pobres que cada día es mayor.

Les invito entonces a leer mi blog y compartir con Uds. todo lo que considero es importante saber sobre las teorías sociales y plantearles humildemente desde mi trinchera virtual las posibles soluciones para evitar como lo dije anteriormente, que esa segunda fuerza invada la lucha social y termine por desanimar a quienes soñamos con una sociedad más igualitaria y más justa.





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